En México todos hemos escuchado la misma historia:
“El peso se devaluó.”
Y aunque suene como una frase de noticiero viejo, sigue siendo una realidad que afecta directamente tu bolsillo, tus ahorros y tu futuro financiero.
Yo lo aprendí de una manera curiosa.
No te voy a decir el año exacto en que nací —prefiero reservar mi juventud para el mundo—, pero sí te voy a decir esto: el dólar costaba solo 3 pesos.
Hoy ronda los 18.
Una diferencia de 15 pesos por dólar.
Y ese simple dato es suficiente para entender una de las lecciones más importantes que cualquier inversionista debe dominar: el dinero pierde valor con el tiempo, y la única forma de ganarle al juego es invirtiendo en activos que crecen más rápido que la inflación.
Imagina que alguien me hubiera regalado 100 mil dólares el año en que nací.
En ese momento, con el tipo de cambio de 3 pesos por dólar, habría tenido 300 mil pesos.
Pero si hubiera conservado esos mismos 100 mil dólares hasta hoy, valdrían más de 1 millón 700 mil pesos.
¿Ves lo que acaba de pasar?
El dinero en pesos se depreció más de cinco veces frente al dólar.
Y eso sin que el dólar “trabaje”, sin intereses, sin inversiones, sin nada. Solo por el paso del tiempo.
Este no es un dato curioso de economía, es una advertencia.
Si guardas tu dinero en pesos, estás dejando que se derrita lentamente.
El enemigo silencioso de todos los mexicanos no es el SAT, ni los impuestos, ni siquiera los gastos: es la devaluación.
Cada año, el peso vale un poco menos.
Y si tu dinero no está protegido en activos que crezcan más rápido que la inflación, pierdes poder adquisitivo incluso cuando “ahorras”.
Después de años asesorando a inversionistas en México y en el extranjero, puedo resumir esta lección en dos reglas simples pero poderosas:
Los bienes raíces son el ejemplo más claro.
En promedio, las propiedades consolidadas crecen entre 8% y 13% anual en plusvalía.
Eso significa que no solo proteges tu dinero de la inflación, sino que además lo haces crecer con el tiempo.
Una propiedad bien ubicada, con desarrollo real detrás y una estrategia clara de rentas o crecimiento, vale mucho más que cualquier cuenta de ahorro o inversión pasiva.
Cuando inviertes en un activo ligado al dólar, estás protegiendo automáticamente tu inversión.
Si el dólar sube, tu inversión vale más en pesos.
Y si el dólar baja, tu propiedad sigue existiendo, generando rentas o plusvalía.
Por eso digo siempre: invertir en dólares no es lujo, es estrategia.
Muchos inversionistas se enfocan únicamente en crecer, pero olvidan proteger.
Crecer sin protección es como construir un castillo de arena frente al mar: tarde o temprano, la ola de la devaluación se lo lleva.
Por eso, la clave no está solo en buscar rendimientos altos, sino en garantizar que el valor de tu dinero no se derrita con el tiempo.
Y eso solo lo logras con activos reales y monedas fuertes.
Si quieres invertir en bienes raíces cerca de la playa —y hacerlo con estrategia, no con improvisación—, hay tres cosas que te recomiendo:
Evalúa tus objetivos financieros. ¿Buscas flujo, plusvalía o protección?
Elige el modelo adecuado. No todos los proyectos sirven para lo mismo.
Consulta con un experto antes de firmar. Un buen asesor te ayuda a evitar errores costosos y elegir la opción ideal según tu perfil.
Si algo quiero que te lleves de este artículo es esto:
No basta con ganar dinero, hay que protegerlo.
Porque mientras tú lees esto, el peso sigue perdiendo valor.
Y cada día que pasa sin que inviertas, es un día que el dólar gana la carrera.
Invertir en bienes raíces en dólares —especialmente cerca de la playa— no es solo una oportunidad, es una estrategia para mantener tu patrimonio vivo y creciendo a largo plazo.
Aprende cada semana cómo invertir de forma inteligente, proteger tu dinero y construir un legado que resista cualquier devaluación.